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Todo guitarra

Jose Alfredo Jiménez

Letra

Por tu amor que tanto quiero
Y tanto extraño
Que me sirvan otra copa y muchas más
Que me sirvan de una vez
Pa’ todo el año
Que me pienso seriamente emborrachar
Si te cuentan que me vieron muy borracho
Orgullosamente diles que es por ti
Porque yo tendré el valor de no negarlo
Gritaré que por tu amor me estoy matando
Y sabrán que por tus besos me perdí
Para de hoy en adelante ya el amor no me interesa
Cantaré por todo el mundo
Mi dolor y mi tristeza
Porque sé que de este golpe ya no voy a levantarme
Y aunque yo no lo quisiera
Voy a morirme de amor
Que me sirvan de una vez pa’ todo el año
Que me pienso seriamente emborrachar
Porque yo tendré el valor de no negarlo
Gritaré que por tu amor me estoy matando
Y sabrán que por tus besos me perdí
Para de hoy en adelante ya el amor no me interesa
Cantaré por todo el mundo
Mi dolor y mi tristeza
Porque sé que de este golpe ya no voy a levantarme
Y aunque yo no lo quisiera
Voy a morirme de amor
Fuente: Musixmatch
Autores de la canción: Jose Alfredo Jimenez

 

Descripción

Su autor fue José Alfredo Jiménez Sandoval (Dolores HidalgoGuanajuato19 de enero de 1926Ciudad de México23 de noviembre de 1973) fue un cantante y compositor mexicano. Jiménez fue el autor de varios temas musicales del género regional mexicano, específicamente de rancherassonescorridos, y huapangos a ritmo de mariachi.1

José Alfredo Jiménez murió en la Ciudad de México, el 23 de noviembre de 1973, a la edad de 47 años, a consecuencia de la cirrosis hepática que padecía desde hacía años; según palabras de su última esposa, la agonía de José Alfredo fue terrible. Sus restos descansan en el cementerio de su pueblo natal, tal y como anticipó en su canción «Camino de Guanajuato» y «Gracias». Chavela Vargas fue íntima amiga de José Alfredo Jiménez. Ella cuenta que cuando los médicos dijeron al compositor que le quedaban dos meses de vida, la llamó para «correrse la última juerga» juntos en unión del también compositor Tomás Méndez, autor de Cucurrucucú. Estuvieron tres días con sus noches cantando, bebiendo y desmesurándose en el Tenampa, el mítico bar de la plaza de Garibaldi, en la capital mexicana. Cuentan que cuando Jiménez falleció, Chavela acudió a su velatorio, y se desplomó cantando y llorando, borracha.