Navegaba en el Cesar una piragua
Que partía del Banco, viejo puerto
A las playas de amor en Chimichagua
Capoteando el vendaval se estremecía
Impacible, desafiaba la tormenta
Y un ejército de estrellas la seguía
Tachonándola de luz y de leyenda
Era la piragua de Guillermo Cubillos
Era la piragua y era la piragua
Era la piragua de Guillermo Cubillos
Era la piragua y era la piragua
Doce bogas con la piel color majagua
Y con ellas el temible Pedro Albundía
Por las noches a los remos arrancaban
Su melódico rugir de hermosa cumbia
Doce sombras ahora viejas ya no reman
Ya no cruje el maderamen en el agua
Solo quedan los recuerdos en la arena
Donde yace dormitando la piragua
Era la piragua de Guillermo Cubillos
Era la piragua y era la piragua
Era la piragua de Guillermo Cubillos
Era la piragua y era la piragua
La piragua
La piragua
La piragua
Fuente: Musixmatch
Compositores: Barros Palomino Jose Benito
La cumbia insignia sonó por primera vez en 1969, pero José Barros empezó a gestarla desde cuando el compositor, a los 8 años, vio navegar por el Magdalena una canoa al mando de un cachaco vestido de blanco.
Nicanor Pérez Cogollo, Próspero Esparragoza y los hermanos José y Adriano Barros tenían la costumbre de juntarse algunas tardes para ir a nadar al río Cesar. Cada tanto veían aparecer una canoa inmensa, con un hombre de sombrero y traje blanco arriba de ella. La movían ocho bogas morenos, color majagua.
Los niños, de entre 8 y 9 años, subían a la embarcación a coger plátanos y yucas, como en una especie de juego de chapoteadas y zambullidas, para luego llevarlos a la casa. Esa imagen de la canoa duró grabada casi dos décadas en la cabeza de uno de ellos, hasta cuando la volvió canción.
José Barros, finalmente, conoció la historia de Cubillos a los 15 años, cuando charló con él en varias ocasiones. Así nació La piragua, una de las 800 composiciones del maestro.
El elegante personaje era Guillermo Cubillos, navegante y comerciante nacido en Chía, Cundinamarca (Colombia), en 1863, quien, luego de transportar mercancías entre El Banco y La Dorada, decidió radicarse en Chimichagua, Cesar, donde formó su familia. En 1919, el cachaco construyó una embarcación en madera, de más de 10 metros de largo y 3 de ancho, con el fin de llevar productos entre “El Banco, viejo puerto, y las playas de amor en Chimichagua”. Le puso Isabel Helena, en honor a dos de sus hijas.
José Barros, finalmente, conoció la historia de Cubillos a los 15 años, cuando charló con él en varias ocasiones. Así nació La piragua, una de las 800 composiciones del maestro, tal vez de las más consentidas y queridas, que el fin de semana pasado celebró oficialmente su mitad de siglo en el Festival Nacional de la Cumbia, en El Banco, Magdalena, en su edición 35.
“‘La piragua’ es una historia bonita que hace parte de los recuerdos y vivencias de mi papá en su niñez”, dice Veruschka Barros. Ella forma parte de los nueve hijos que tuvo el maestro con sus tres parejas estables: Tulia Molano (la única con la que se casó), Amelia Caraballo y Dora Manzano.
Katiuska Barros, la hija mayor de la última unión amorosa del maestro, y hermana de Veruschka, dice que La piragua nació porque José Barros pensaba que su pueblo no tenía una canción que lo identificara. “Y nada mejor que plasmar esos recuerdos de niñez sobre esa embarcación que llegaba desde Honda por el Magdalena hasta El Banco, llevando mercancías. Cubillos le contó toda su historia como navegante, pero también su vida, cómo se enamoró en Chimichagua, se casó y construyó una nueva chalupa para transportar productos entre ambos pueblos”